Este año tuve que hacer un regalo para dos hermanitas. Como madre de dos hermanos también muy seguidos, sé de sobra que hay que conseguir un difícil equilibrio con los regalos: tienen que ser iguales pero distintos a la vez, si no quieres desencadenar una cruenta guerra civil en tu salón.
Así que pensé que dos delantales reversibles serían el regalo perfecto. ¿Que ese día necesitan sentirse iguales? Las dos por el mismo lado. ¿Que se levantan con un deseo irrefrenable de potenciar su propia identidad? Pues cada una, un color.
Cuando leas este tutorial, recuerda que soy....
Lo primero de todo es cortar las distintas piezas. Como veréis las dos telas son iguales pero en diferentes tonos, son de jaulitas y por supuesto de
La Retalera.
Hay que cortar las dos piezas del delantal, más los dos bolsillitos. Yo, como mi abuela, antes de cortar me santiguo...
Lo siguiente es preparar los bolsillos, hay que hilvanar el dobladillo, ya que se coserá directamente sobre el delantal, para evitar doble costura. (El dobladillo superior sí que se hace)
Una vez cosido el dobladillo superior del bolsillo e hilvanados los dos laterales y borde inferior, se presenta con alfileres sobre el delantal, en el lugar exacto que lo queramos:
Y se cose, obviamente.
Colocamos entonces los lazos del cuello y cintura. Yo he utilizado cinta bies cosida, pero se puede hacer con la misma tela, con cordón, con cinta... las posibilidades son infinitas. No hacer mucho caso de cómo está colocado el del cuello porque luego lo cambié para acortarlo, ya que quedaba demasiado grande.
Lo siguiente es enfrentar las dos caras bonitas del delantal, es decir, derecho con derecho, dejando los lazos así para coserlos al mismo tiempo que las telas.
Se cose entonces todo el contorno salvo un trocito, que será por donde le demos la vuelta para sacar los "derechos". De ese paso no tengo foto pero, una vez hecho, ese trocito que ha quedado sin coser, se cose a mano con puntada invisible.
Ya sólo quedaría quitar los hilvanes de los bolsillos (si no lo hemos hecho antes) un buen planchazo y.... Voi-là!