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18 de julio de 2016

Bastidor algas marinas

Desde el momento que hice el primer puntito de bordado, supe que me iba a enganchar. Tiene un no sé qué, que qué sé yo que hace que, como con el ganchillo, se te olviden las preocupaciones, las penas y hasta la empanada política que tenemos en el país. 

En esta primera labor volando en solitario no he arriesgado demasiado, sin embargo, creo que el resultado ha quedado bastante decente.


He utilizado una de mis paletas de colores favorita. Esa combinación entre morados, verdes agua y mint me parece super resultona. 


Está bordado con doble hebra de hilo perlé, que al ser más gordito, deja la labor con un relieve muy chulo. Sólo lleva dos puntos diferentes: el punto coral (ya os decía en el post anterior que es mi favorito sin duda) y unas chispitas con punto de cruz San Jorge. 




Soy una valiente y, aun siendo mi primer trabajillo y con sus defectos y todo, lo voy a regalar. Si ésto fuera wassap ahora metería la carita esa que se lleva las manos a la cabeza mientras grita :) . Suerte que es para alguien que me quiere tanto, que no verá más que lo bueno. 

Espero que os haya gustado. Yo de nota me pondría, como en el cole, un PA: Progresa adecuadamente. 


10 de julio de 2016

Bordar ensancha el alma

El título del post no es una frase mía, qué va, ojalá se me ocurrieran a mí cosas tan poéticas. No, la frase es de Yolanda Andrés, la gran artista cuyo taller online sobre bordado acabo de terminar. 

Os voy a enseñar el ejercicio que he hecho a lo largo del taller. Ha quedado una "obra" con poco ningún sentido y un poco imposible, pero me ha parecido super original el planteamiento de ir haciendo algo así en lugar de los clásicos y aburridos muestrarios de puntos.


En estos pequeños arbolitos fantásticos, como Yolanda los llama, podéis ver la cantidad de puntos distintos que he aprendido. Desde la clásica cadeneta al punto de festón, pasando por el cordoncillo, el escapulario o el punto de hoja... todos preciosos!!


Yolanda es de esas personas que te atrapan de inmediato con su forma de expresarse y explicar. Trasmite más que conocimientos: trasmite su amor por el bordado. Creo que eso es lo que diferencia a la gente que cose, borda o teje bien de las verdaderas artistas: la pasión.

Con todo lo aprendido las posibilidades que se han abierto ante mí son... infinitas! Y eso, conociéndome, me da un poco de miedito ;) 


Tengo que confesar que tengo un punto favorito, y que será con el pimero que me lance a una labor de verdad: el punto de espiga o coral. Es tan delicado!



Además de todo lo aprendido, he sacado varias conclusiones tras el taller. 

- Necesito un buen rotulador al agua. Lo sé, se ven algunas marcas. 
- Creo que veré una y otra vez los vídeos del curso por el mero placer de escuchar a Yolanda. Es más, en cuanto pueda me apuntaré a uno de sus talleres presenciales.
- Tengo que ser más atrevida con los colores. Peco de conservadora. 
- Espero no perder nunca las ganas de aprender. 
- Sin duda alguna, bordar ensancha el alma. 



No espero que mi obra imposible os haya gustado, pero sí espero haberos transmitido lo muchísimo que me ha gustado el taller. ¡Ojalá anime a alguna a probarlo!