Lo prometido es deuda. Hoy veréis lo facilísimo que es hacer las chapas-imán que regalamos en el cumple vikingo de mi pequeño Dani.
Las chapitas son como las de botella de toda la vida, sólo que yo ya las he comprado nuevas de colores específicamente para hacer los imanes. Imagino que las usadas, a menos que estén muy dobladas por el abridor, servirán igualmente.
En función del diámetro del interior de la chapa, seleccionas y preparas la imagen/dibujo/foto que quieras poner. En este caso el interior es de 2,5cm y yo puse dibujitos de vikingos, que era la temática del cumpleaños.
Usando la medida exacta, el papelito queda bastante encajado en la chapa, no obstante, yo lo reforcé con un pelín de pegamento en el fondo.
Hay que apretar un poco los dibujitos para que queden bien fijados al fondo. Encima les he puesto un "cabuchón". Son unos protectores de plástico autoadhesivos, que descubrí al hacer anilllos y camafeos. Creo que no son imprescindibles pero le dan a la imagen un brillito genial, y además la protegen, lo que nunca está de más.
Ya tenemos casi terminado el trabajo. Lo único que falta es ponerles el imán. Aquí hay varias posibilidades. Puedes ponerles un imán redondito de los que venden en ferreterías y tiendas de manualidades. Lo malo es que no suelen tenerlos con autoadhesivo y además suelen ser bastante gorditos por lo que la chapa quedará despegada de donde la coloques. Puede que busques este efecto.
Yo prefería que no se notara el imán, por eso, opté por comprar una lámina de imán autoadhesiva, e ir cortando circulitos para pegar en la parte trasera de las chapas.
Y con ésto... terminadas!!!
Las nuestras, como somos #muyfans de los imanes de nevera, han pasado a formar parte de la colección...